miércoles, 11 de enero de 2012

Prensa La Jornada



Los extraños hábitos de don Antonio, en el teatro de la Lotería Nacional
Obra totalmente actual, aun situada en el siglo XIX, aborda el tema de la tolerancia
Arturo Cruz Bárcenas
Periódico La Jornada
Sábado 11 de agosto de 2012, p. a16
Una pregunta ha obsesionado al hombre de manera sempiterna: ¿quién soy? De este fondo ontológico trata la obra de teatro Los extraños hábitos de don Antonio, que estrena este sábado en el teatro de la Lotería Nacional, expresó en entrevista su autor y director, Octavio Salazar-Villava.
Es una pieza seria, pero narrada con un humor especial, irónico. Todo hombre, añadió, tiene un secreto; de esto también trata la historia, “pues aborda el tópico de la libertad de género.
La temporada se extenderá hasta el 27 de octubre, con funciones todos los sábados, a las 19 horas y entrada gratuita.
El lunes 29 de octubre se restrenará en el teatro Coyoacán, donde permanecerá en temporada hasta el 3 de diciembre.
¿Cuál es el secreto de don Antonio? En un mundo convulsionado por los incipientes movimientos independentistas en América y por el expansionismo de la Francia napoleónica, don Antonio de Hita ha recorrido medio mundo con un secreto guardado.
En la puesta se ahonda en el cuestionamiento esencial sobre la identidad femenina, en un momento donde la libertad y la tolerancia están en juego. La acción se ubica en el Alto Perú (hoy Bolivia), a principios del siglo XIX; sin embargo, su vigencia es estremecedora, precisó el dramaturgo.
En esta historia, un exitoso hacendado, comerciante y aventurero, con inclinaciones por el estudio de la teología, es perseguido y capturado tras descubrirse que en realidad es mujer y, para colmo, monja. La caída de don Antonio (o Leocadia) se debe a una indiscreción de su esposa durante el sacramento de la confesión con el párroco local.
La experimentada actriz y directora Marina Michel alterna el crédito de La Señora N con la joven debutante Fabiola Velázquez.
La actriz y narradora Brisa Rossell logra una brillante ejecución del papel principal: don Antonio de Hita. El antagonista es Marco Vinicio Estrello, quien encarna al confesor.
Octavio Salazar-Villava ha sido responsable también de puestas en escena como Grandes hombres vemos, perversiones no sabemos; Recordando a Tin Tan, y Frida, un canto a la vida, el musical.
El personaje principal expresa en una frase el ánimo cuestionante y transgresor de sus intenciones, del impulso que la lleva a trastocar los límites: ¡Como si se pudiera encerrar a una mujer inexistente con una religión imaginaria!
Los extraños hábitos de don Antonio surge de dos fuentes paralelas: por un lado, de una nota real de un periódico novohispano de principios del siglo XIX, que relata peculiares hechos que tuvieron lugar en el Alto Perú y que llevó al autor a realizar una investigación documental que duró siete años.
Por el otro, la necesidad de construir un discurso sobre la tolerancia y la defensa de ciertos derechos básicos para tomar decisiones sobre la propia vida.
“Es una obra basada en hechos reales en la cual una mujer decide vestirse de hombre para correr aventuras, para tener una manera diferente de ver el mundo. Viaja a Roma, a Buenos Aires, a Montevideo para terminar en Cochabamba.
El tema es la tolerancia, el derecho a vivir con decisiones propias, por lo que es totalmente actual.
Los extraños hábitos de don Antonio, escrita y dirigida por Octavio Salazar-Villaba, se presenta en el teatro de la Lotería Nacional (Puente de Alvarado 130, colonia Tabacalera, a media cuadra del Metro Hidalgo).

domingo, 1 de enero de 2012

Prensa


EL PREJUICIO ES LO QUE ENGAÑA NO LAS APARIENCIAS


Por: Alejandro Laborie Elías


Reza el refrán que las apariencias engañan, sin embargo para el dramaturgo Octavio Salazar Villava, al menos para uno de sus personajes de la obra Los extraños hábitos de Don Antonio, son los prejuicios los que nos llevan a ver o escuchar lo que no es, de acuerdo a nuestra conveniencia, ideología, religión, educación o lo que se quiera.


El autor presenta una historia, ubicada a principios del siglo XIX -1803-1808-, que inicia con una mujer frente a un sacerdote que es cuestionada sobre el hecho de llevar un buen tiempo casada sin haber tenido descendencia, argumentando que lo natural, la obligación y el objetivo del matrimonio es la procreación, su falta de cumplimiento es un sacrilegio.


Ideas en apariencia arcaicas, pero que desgraciadamente continúan vigentes en la mentalidad de algunos sectores de la sociedad contemporánea. Lo interesante del texto, es que a medida que transcurre la confesión, queda al descubierto que Don Antonio, cónyugue de la susodicha, no es hombre sino mujer, lo que escandaliza aún más al sacerdote. Todo esto desencadenara una disertación de carácter teológico y filosófico, más si se toma en cuenta la época en que transcurre la historia, con la Santa Inquisición en pleno uso o abuso de sus facultades.


Queda claro que el fraile pasa de la confesión a la indagación, olvida que escuchar al otro es un acto sublime del amor, condenar por un prejuicio es más inmoral que lo que se le atribuye al prójimo, bajo la excusa de que se hace en nombre de Dios; querer ver a una mujer inexistente a través de una religión imaginaria. Temática por demás atractiva que provoca la polémica entre el respetable.


Octavio asume la dirección de su texto, con el mínimo de elementos escenográficos y un vestuario híbrido, no de época sólo sugerente. Un espacio prácticamente dividido en dos partes, una donde dialogan el cura y la esposa, otro donde ésta y su amado (a) analizan la situación a la que se enfrentarán. La dirección es acertada, pulcra y deja que las ideas fluyan a través de los personajes; no hay mayores pretensiones que discernir sobre los valores morales de quienes representan a la Iglesia.

El elenco lo componen Brisa Rossel (Don Antonio), Marina Michel (Sra. N) y Marco Vinicio Estrello (sacerdote), quienes realizan un excelente trabajo; los textos son nítidos bajo sus interpretaciones, más cuando hay fragmentos en prosa versificada. Tres estados de ánimo, tres visiones sobre el tema, tres caracterizaciones, sin embargo una unidad.


Los extraños hábitos de Don Antonio tuvo un preestreno en el teatro de la Lotería Nacional, de la Ciudad de México, y está programada una temporada en el teatro Hipódromo Condesa en el mes de junio.

A partir de este preestreno, queda claro que el dramaturgo-director deberá esforzarse por una mejor producción, en particular de vestuario y escenografía, porque una cosa es la sencillez y otra la simplicidad, el texto y el trabajo actoral merecen mejor destino en estos aspectos.


Mayo 2012